Seguro para tus articulaciones. Los primeros modelos biomecánicos hace más de cinco décadas, en el siglo pasado, encontraron que el impacto contra el piso, asumido por el sistema osteo-articular al correr, era proporcional al peso del individuo y a la velocidad de carrera. Este hallazgo hizo que por muchos años se pensará que correr lesionaba las articulaciones, especialmente la rodilla. Hoy, para la tercera década del siglo XXI, investigaciones de alta tecnología han demostrado que el impacto es absorbido a través de un fenómeno llamado impedancia que regula su absorción. La impedancia depende de la adecuada función de los músculos y tendones, en fuerza y coordinación, especialmente el tendón de Aquiles con gran capacidad de amortiguación y de propulsión a través de su componente muscular, que puede mejorarse considerablemente con el entrenamiento y así evitar lesiones y daño futuro.
¿TROTADOR?
¿Eres tú minimalista? La tendencia en la nueva generación de zapatos para correr es ahora la minimalista, con justa razón biomecánica. Las cámaras de aire, los estabilizadores y demás “limitantes” para la función de tu pie creados por el posicionamiento de las marcas de zapatos deportivos ha llegado a su fin. Mejorar la técnica de trote es hoy en día el “plus” para correr mejor, por el tiempo que quieras. Cámbiate a correr con la cabeza, no con tu bolsillo. ¡Hazte minimalista aprendiendo a correr!
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