No “ahorre rodilla”, ¡úsela, poténciela, mejórela! Asumir que las articulaciones se gastan como las llantas de un carro es una apreciación lejana de la sabiduría de más de 6 millones de años del funcionamiento mecánico de la misma. Buena parte de los dolores crónicos de esta articulación son producto de su disfunción mecánica, por lo tanto, su manejo debe ser basado en esta ciencia. El mejoramiento de la función de la rodilla a través de un entrenamiento correctivo controla el dolor y potencia su función para las actividades de la vida diaria.
¡Úsela, poténciela, mejórela!
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